En el fin de semana de su festividad, la Virgen del Rosario Doloroso, la Virgen de los Ojos Verdes, la bendita Madre de San Pablo se encontraba en devoto besamanos. Con esa mirada que es imposible de dejar de mirarla, la Virgen del Rosario esperaba el beso de sus hijos, de todo un barrio. Allí estuvo para contarlo nuestro compañero Benito Álvarez.
Fotos: Benito Álvarez
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