domingo, 18 de marzo de 2018

Que no se acabe nunca...

Estoy más que seguro de que todos estamos deseando que llegue pero que no se vaya tan deprisa. Empezamos con la cuenta atrás desde Navidad, Año Nuevo, Cuaresma es el colofón, y en cuanto se marcha, comenzamos otra vez de nuevo. A tan solo 7 días para lo que llevamos esperando todo el año, no se puede decir que no se noten nervios, ansias, entusiasmo, y un sinfín de sentimientos que se perciben cuando los vellos se ponen de punta.

Pensar que cuarenta días son muchos en los que hacer una variedad de cosas, pero que cuando nos damos cuenta, se han esfumado. La gloriosa Cuaresma puede vivirse de muchas maneras: uno puede pasarse todos los fines de semana de besamanos, mientras que otro se conforma con visitar al Cristo que desde pequeño rezó. Finalmente cuando uno tiene planteado hacer de todo esta Cuaresma, parece que con lo único que ha podido quedarse es el Vía Crucis que vio pasar, ¡pero que momento tan especial!

Es cierto que la vida se pasa rápido y hay que vivirla al máximo, pero los momentos hay que saber saborearlos. Para uno, su Cuaresma puede basarse en aquel ensayo que vio pasar por la noche, en el olor tan embriagador del incienso y junto a él, el azahar, en acudir a su misa diaria y ver levantado en la Iglesia un impactante templo de cera, o simplemente en la torrija que le tenían preparada en casa. Una Cuaresma puede ser tan simple pero a la vez tan grande...

Con respecto avanza el tiempo, hay un cambio radical, los templos permanecen más tiempo cerrados, y cuando nos disponemos a entrar a ver qué ha pasado dentro, nos encontramos con otros maravillosos templos andantes que comienzan a erigirse dentro del mayor. Y no es raro pararse a observar los detalles, la delicadeza, y el tiempo de dedicación que han tenido unas personas, en una labor tan grande y a la vez tan bonita. Sobre estos templos se lleva el Mensaje, la Palabra, y como decía Machado: "...la Fe de mis mayores...". La señal no puede ser más clara, esto ya está aquí.

La Cuaresma se acaba, la espera se acorta, el tiempo se agota, y no puede saberlo uno mejor que observando los escaparates en las tiendas, el olor y simplemente el ambiente, el montaje de los palcos, las obras en las calles, las marchas en la voz de un transeúnte, y cómo no aquella rampa de ilusiones que ya espera el momento.

Somos tan afortunados de tener una tradición tan hermosa, que tanto la echamos de menos como que no la olvidamos nunca. Esta Semana que tan cerquita tenemos, es algo que asombra a los que la desconocen, que observan con admiración los detalles, se extrañan por la música que los acompañan, y que posiblemente no entiendan a la persona que se le escapa alguna que otra lágrima, pero incluso envidian ese sentimiento. Todo esto es algo tan efímero, es tal el amor que le tenemos, es tal la pasión de las personas en estos últimos días, que no queremos que se acabe nunca, pero siempre regresa, y lo más importante, permanece en nuestra mente, en nuestro corazón, porque esta Semana hay diferentes formas de vivirla, pero siempre emociona.



Fotografía: Juan Jesús Ruiz

lunes, 24 de julio de 2017

Hermandad de la Vera Cruz

Muy Antigua, Siempre Ilustre, Venerable, Pontificia, Real, Fervorosa, Humilde y Seráfica Hermandad y Archicofradía de Nazarenos de la Santísima Vera Cruz, Sangre de Nuestro Señor Jesucristo y Tristezas de María Santísima

La Hermandad de la Vera Cruz realiza su estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral la noche del Lunes Santo con el paso que representa a Jesús muerto en la Cruz y, a María Santísima bajo palio, saliendo sobre las ocho de la tarde.

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HISTORIA

La cofradía se fundó en el año 1448 en el Convento Casa Grande de San Francisco por los frailes de dicha orden, para dar culto a la Vera Cruz del Señor. Procesionó por primera vez en el año 1468 y fue tal el fervor por la Vera Cruz, que sirvió de ejemplo para que muchos pueblos también despertaran esta devoción. Realizaba su estación de penitencia en la noche del Jueves Santo a grandes templos de la ciudad. Se conocen por documentos, que la Hermandad de la Vera Cruz fue una de las que más privilegios y bulas papales obtuvo, siendo también cofradía de personajes notables.

Con la invasión napoleónica en 1810, los franceses se apoderaron del convento y de la capilla, y la Hermandad se vio obligada a proteger a sus titulares y patrimonio. Más tarde tanto los franciscanos como la corporación regresarían, pero en 1840 serían expulsados definitivamente para la demolición del convento. La cofradía se traslada a la Iglesia de San Alberto y de allí pasa al Convento de las Religiosas de Pasión, dónde recuperan los cultos, hasta que acabó en ruinas. Más de una vez la corporación intentó revitalizarse de su dura decadencia mediante salidas procesionales, pero estas casi siempre acababan nulas.

En el siglo XX, concretamente en el año 1942, la Hermandad intenta de nuevo una reorganización que salió victoriosa. La corporación deja San Alberto se traslada a la Capilla del Dulce Nombre de Jesús, volviendo a salir en procesión con el Señor en 1944 (ahora en Lunes Santo), ya que la Virgen no lo haría hasta 1957. La Hermandad recupera únicamente la imagen del Señor y el Archivo, y dándose por perdida la imagen de la Virgen, encargan a Antonio Illanes una nueva (1942).

Durante los años 1970 y 1975 la Hermandad tuvo que dejar de nuevo su sede debido a su estado ruinoso, exiliándose al Convento de Santa Rosalía. A su regreso, la corporación decidió recuperar su espíritu humilde y pobre, olvidando los bienes materiales ya perdidos, y buscando la caridad y la formación de la que tanto llegó a presumir en sus tiempos de esplendor. En 1992 la corporación celebró el I Congreso Mundial de las Hermandades de la Vera Cruz y desde entonces todas las corporaciones que dan culto a la Vera Cruz acompañan a la cofradía hispalense el Lunes Santo como signo de su origen.


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Una de las primeras fotografías de la actual
Virgen de las Tristezas (1942)
Archivo de la Hermandad




SEDE CANÓNICA

La Capilla del Dulce Nombre de Jesús es la sede de la Hermandad de la Vera Cruz desde 1942. Con mucha probabilidad se encuentra sobre los restos de una antigua mezquita o alguna edificación árabe, ya que anexa a ella se encuentran los baños que utilizaban en su ritual. Sobre estos cimientos, en el siglo XVI se levanta la Iglesia y un convento que ocuparon las madres agustinas hasta que fueron expulsadas en el siglo XIX con las desamortizaciones.

Es un edificio de plata rectangular que se divide en tres naves separadas por arcos de medio punto que se sostienen sobre columnas de mármol. La nave central, que es más alta y ancha, está abovedada, mientras que las naves laterales sostienen una tribuna que, desde el centro del templo, se pueden divisar los diferentes balcones con celosía, debido a su antiguo carácter conventual. El presbiterio queda decorado en su totalidad por pinturas murales de la Orden Agustina (s.XVIII), mientras que la bóveda, los muros de la tribuna y los arcos se ilustran con pinturas vegetales dando la sensación de ser de escayola. La fachada principal se abre en el lado derecho, un vano adintelado custodiado por dos pilastras de orden corintio que sustentan el dintel, éste con aletones y coronado con una cruz; y está precedida por un atrio, antes de acceder al templo.

La Hermandad da culto a sus titulares en diferentes altares del templo. El Cristo preside el templo en el retablo mayor junto al Santo Lignum Crucis. La Virgen se encuentra en un retablo en la nave del evangelio y junto a ella, un dosel acoge a la Cruz de Guía.


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TITULARES

Santo Lignum Crucis

Se dice que Santa Elena halló en Jerusalén la verdadera Cruz en la que murió Cristo, de la cuál se repartieron fragmentos por todo el mundo conocidos como "Lignum Crucis" (cruz de madera). Esta reliquia que la corporación venera hoy día, fue donada por D. José Sebastián y Bandarán en 1954. Se halla en un relicario de plata en forma de Cruz, realizado por el taller de la Viuda de Villareal (1965), procesionando cada Lunes Santo que la porta un hermano nazareno para ser venerada por los fieles que se acercan a besarla.

Igualmente la Hermandad posee una segunda reliquia la cuál se encuentra en la Cruz de Guía de esta corporación e igualmente recibe culto en la capilla.


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Santísimo Cristo de la Vera Cruz

Imagen de autor anónimo que data de la primera mitad del siglo XVI, realizada en madera policromada. Se trata de la imagen cristífera más antigua que procesiona en nuestra Semana Santa. Se muestra con la cabeza vencida hacia el lado diestro y el cuerpo ladeado hacia el mismo lado en una postura algo complicada. Su anatomía es muy naturalista, un cuerpo algo esquematizado pero a la vez tratado, por lo que vemos una clara evolución del final del gótico y el comienzo renacentista, como son su composición y sudario. El dramatismo de su rostro es medieval y se acentúa con la simple corona de espinas. Fijado al madero con tres clavos, nos encontramos ante una cruz arbórea típica de su época. Su tamaño, menor que el de una persona media, puede que fuese en su origen para ser portado por tres sacerdotes. Destaca que el año 1978 fue restaurado por el profesor D. Francisco Arquillo, quién recupero la policromía original del sudario, mostrando los estampados hebraicos que se ocultaban. 

Paso: El paso, de estilo neobarroco, compuesto por líneas sinuosas y crestería, y acoge a todo un grupo de motivos vegetales que se enroscan tanto en canasto como respiraderos, fue realizado por Antonio Ibáñez en 2008. Está formado por cuatro hachones a las esquinas, y cuatro imágenes de Santos que se encuentran en cada esquina del canasto, y que son de color caoba, al igual que todo el conjunto del paso. Los respiraderos solo están tallados a gran parte, debido a que por la parte que se respira se cubre con malla, y está decorada con bordados vegetales en plata por el taller de Carrasquilla. Los ángeles que custodian al Señor son obra de Emilio Pizarro.

Orfebrería: En el paso podemos apreciar orfebrería como son los faroles que portan los ángeles que custodian al Señor, las coronas que sostienen a los hachones, las bases y coronas de los guardabrisas que iluminan el canasto y el llamador, todo ello realizado en plata.













María Santísima de las Tristezas

Realizada por el insigne escultor D. Antonio Illanes en el año 1942 en madera policromada. El autor se inspiró en su bella esposa, Isabel Salcedo, para ejecutar el rostro de la imagen. Se muestra con la mirada baja, recogida en todo su dolor, pero un dolor algo dulce, con cejas arqueadas y con cuatro lágrimas que recorren sus rojas mejillas, y un precioso y fino cuello. También deja entrever parte de su cabello moreno tallado, mostrando en sí el dolor de la Virgen pero de rostro lleno de madurez y de belleza. Esta imagen vino a sustituir a la anterior, que se dio por desaparecida una vez se reorganizó la Hermandad.

Palio y bordados: El palio, de estilo decimonónico, es de cajón, es decir, está compuesto por bambalinas totalmente rectas, bordadas en oro sobre terciopelo negro y acabadas en finos flecos. Las bambalinas, decoradas con motivos vegetales muy simétricos y de gran tamaño, fueron realizadas por el taller de Patrocinio López en el año 1885. La bordadora ejecutó el palio para la Hermandad de San Isidoro, que en 1936 pasó a la Hermandad de las Penas y en 1957 a ésta. Destaca que el palio carece de bordados interiores: ni en el techo ni en las bambalinas. Los respiraderos, de línea recta, están bordados en oro sobre terciopelo negro y fueron realizados por el taller de San Bárbara. Además poseen escenas de la vida de la Virgen.
El manto, por su parte, es de terciopelo negro y está totalmente liso, dando al conjunto, como el interior del palio, mayor recogimiento y austeridad.

Orfebrería: Los varales, las jarras y jarritas, la candelería, la peana, los candelabros de cola, el fino frontón sobre los respiraderos, la imagen de la entrecalle y el llamador, fueron ejecutados por el taller de la Viuda de Villareal y Román Seco.

Vestidor: D. Antonio Bejarano Ruiz
















NAZARENOS


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El hábito nazareno es igual para ambos pasos y lo componen: túnica de cola y antifaz de ruán negros, cinturón de esparto y cíngulo franciscano de esparto y calzado negro.




Bibliografía
-Web Oficial de la Hermandad
-Sevillapedia

Fotos:
-Taberna Cofrade
-ABC de Sevilla
-F.J. Bautista
-Antonio R. Arellano
-El balcón del jubilata

jueves, 6 de julio de 2017

Hermandad de la Redención

Real e Ilustre Hermandad del Santísimo Sacramento y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Redención en el Beso de Judas, María Santísima del Rocío, Nuestra Señora del Carmen, San Fernando Rey y San Lucas Evangelista

La Hermandad de la Redención realiza su estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral la tarde del Lunes Santo con el misterio que representa a Jesús cuando es traicionado por Judas en el huerto de los olivos, y a María Santísima bajo palio, efectuando su salida sobre las tres de la tarde.

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HISTORIA

La cofradía empieza a gestarse en el año 1948 por un grupo de cofrades para dar culto a un pasaje evangélico, hasta entonces no representado en la Semana Santa Hispalense. Aunque eran épocas difíciles de posguerra, en la que ya se habían fundado recientemente muchas cofradías, la Hermandad de la Redención se erigió aprobando sus reglas en 1955. Pasando penurias, pero a contrarreloj, la Hermandad encarga a D. Antonio Castillo Lastrucci la talla de la Virgen, la cuál realizó en tres meses, y fue bendecida el 4 de diciembre de 1955 en la Iglesia de Santa María la Blanca. Un año después, la Hermandad hacía su primera "Estación de Penitencia" en la Madrugá del Viernes Santo (tal y como atestiguan sus primitivas reglas) mediante una representación en la cofradía de los Gitanos.

Ante la imposibilidad de realizar su Estación de Penitencia desde Santa María la Blanca, la Hermandad buscó nueva sede, centrando su mirada a la Iglesia de la Misericordia, junto al Pozo Santo. Los hermanos intentaron realizar Estación de Penitencia con la imagen de la Virgen, pero el Arzobispado lo denegó. Por ello se pusieron en marcha para encargar a una persona de confianza para ellos, Castillo Lastrucci, las imágenes del Señor y de Judas. Así pues, el Viernes de Dolores de 1958, se efectuó el traslado de la Virgen en andas a la Iglesia de la Misericordia, y el Señor una vez allí fue bendecido.

El año 1959 fue el decisivo para la Hermandad, ya que decidió ponerse de una vez en la calle (sólo con el paso de misterio), realizando Estación de Penitencia a la Santa Iglesia Catedral en la tarde del Lunes Santo (ya que veían que no encajaban en la Madrugá). Al año siguiente, el Domingo de Resurrección, la Hermandad se trasladó a la Iglesia de Santiago, su actual sede. Fue el año 1961 un año muy especial, ya que la Virgen salía milagrosamente por primera vez bajo palio.

Cabe destacar que la Hermandad estuvo en el exilio por peligro de desprendimiento en su sede (1977). Fue acogida en la Iglesia de Santa Catalina, desde la cuál realizó Estación de Penitencia hasta el año 1980, que regresó a Santiago. Como uno de los últimos hechos históricos de esta cofradía fue su fusión con la Sacramental de Santiago (data de 1913, pero la del Carmen data de 1885), que se encontraba en total decadencia, siendo dicha fusión realizada en 1982.



Una de las primeras fotografías de la Virgen del Rocío tal y como
la concibió Castillo Lastrucci (Octubre-Diciembre de 1955)
Archivo de la Hermandad




SEDE CANÓNICA

La Iglesia de Santiago el Mayor es la sede de la Hermandad de la Redención desde el año 1961. No podemos concretar una fecha ya que han sido numerosas sus modificaciones y funciones en la historia, aunque los restos más antiguos de la edificación datan del siglo XIV. El templo, tal y como lo conocemos fue reedificado en el siglo XVI y recibiendo numerosas intervenciones durante el paso de los siglos.

Es un edificio de planta rectangular que se divide en tres naves separadas por columnas toscanas de mármol rojo sobre las que se apoyan los arcos de medio punto que sustentan el artesonado que cubre el templo. El presbiterio, decorado con pinturas murales, queda cubierto por una bóveda octogonal mudéjar. Destacan las capillas enmarcadas por yesería que se abren a los extremos de las naves laterales: en la nave del Evangelio, a la cabecera la capilla de la Inmaculada y a los pies la Bautismal; y en la nave de la Epístola, a la cabecera la Sacramental y a los pies se halla el lienzo del apóstol Santiago que antiguamente presidía el retablo mayor. La fachada principal se abre en el lado derecho, un vano sencillo adintelado y custodiado por dos retablos cerámicos de los titulares. Es importante destacar la espadaña que se levanta a los pies y que data del siglo XVIII. El templo cuenta con otra puerta por el lado izquierdo que es por donde antiguamente salía la cofradía.

La Hermandad da culto a sus titulares en diferentes altares del templo. La Virgen preside el templo en el retablo mayor. El Señor se halla en el retablo de la Capilla Sacramental que está a la cabeza de la nave de la epístola y la Virgen del Carmen en un retablo lateral de la misma nave. La imagen de San Lucas recibe culto en la capilla Bautismal.


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TITULARES

Nuestro Padre Jesús de la Redención

Realizado por el insigne imaginero sevillano D. Antonio Castillo Lastrucci en el año 1958 en madera de cedro policromada. Se encuentra en postura erguida, con una pierna más adelantada que otra, la cabeza en posición frontal y los brazos abiertos extendidos a la altura de la cintura. Presenta perfectamente un rostro de total sumisión. El arqueamiento de las cejas y el tratamiento de los ojos le ofrece a su rostro dulzura y bondad y la vez un profunda tristeza que llena al devoto.

Paso: El paso de estilo neobarroco está compuesto por un canasto con crestería, envuelto en una amplia decoración vegetal, que presenta un pequeño lado cóncavo en la parte inferior que termina en su parte superior con un fino moldurón que sirve de repisa para las diferentes capillas que lo decoran. El paso está alumbrado por seis candelabros de guadabrisa dorados. Fue diseñado por el escultor Antonio Dubé de Luque y tallado por los Hermanos Caballero en 2005, combinando la caoba y la madera de naranjo. Sin embargo, los respiraderos pertenecen al anterior paso de misterio, algo parecidos a la canastilla, fueron realizados por Francisco Bailac González en 1992. 

Imágenes secundarias: Las figuras secundarias que acompañan al Señor fueron realizadas todas igualmente por Castillo Lastrucci entre 1958 y 1959. Nombrándolas encontramos a los apóstoles Judas Iscariote, San Juan, San Pedro, Santiago, San Andrés y Santo Tomás. 

Orfebrería: El paso conjuga los dos tipos de madera nombradas anteriormente y el aplique de orfebrería dorada que resalta en el paso destacando: los arcángeles de las esquinas, los querubines, las figuras alegóricas y los relieves que decoran las capillas, todo realizado por Miguel Ángel Domínguez Vázquez. También destaca el llamador que representa un roleo y la espadaña de la Iglesia de Santiago, sede de la Hermandad, realizado por Joaquín Ossorio en 1994.

Bordados: El Señor suele ir con túnica blanca lisa, aunque también posee túnica de tisú blanca bordada por Francisco Carrera Iglesias en 2008. Las imágenes secundarias portan túnicas bordadas en oro, a excepción de Judas que es en plata, diseñadas por Joaquín López bajo una línea clásica, y realizadas por el taller de Santa Bárbara en 2017.










María Santísima del Rocío

Imagen de candelero realizada igualmente por Antonio Castillo Lastrucci en el año 1955, siendo bendecida en Santa María la Blanca por el Cardenal Arzobispo Bueno Monreal. Fue sometida a diferentes restauraciones entre las que más destaca la del escultor Francisco Buiza quién le afinó el rostro y la repolicromó en 1962. La Virgen se presenta con la cabeza algo inclinada, con cejas arqueadas y un leve fruncido en el entrecejo, con mirada baja y los pómulos enrojecidos por los que caen cinco lágrimas de cristal. Su cuello es fino y muestra el hollito de las clavículas. Sus manos son muy delicadas.

Palio y bordados: El palio, diseñado en su totalidad por Antonio Dubé de Luque (1970-1977), está compuesto por bambalinas de perfil polilobulado separadas por una concha de vieira (siendo cada bambalina independiente en movimiento dándole un toque más airoso) y están bordadas en oro sobre malla y terciopelo verde y acabadas en flecos de bellota. En el frontal de las bambalinas figura el escudo de la cofradía rematado con la corona real. Fue ejecutado por el taller de Carrasquilla y por el taller de Elena Caro (1970-1972). Por otra parte el techo de palio, cuyo trabajo en terciopelo y malla deja traspasar la luz, presenta como Gloria a la paloma del Espíritu Santo, realizado por el taller de los Sobrinos de Caro en 1977. Sin embargo, el palio fue sustituido en 2010 por el actual que es una réplica del anterior realizado por el taller de Francisco Carrera Iglesias.
El manto, ha sido uno de los grandes estrenos de la Semana Santa 2017 (ya que el año anterior no pudo hacerlo por la lluvia), siguiendo la línea del palio y con el asesoramiento de José Aguilar, ha sido bordado en terciopelo verde por el taller de Santa Bárbara (durante cuatro años y culminado en 2016). Presenta pinturas de la vida de la Virgen de Mario Moya y realizadas por Juan Arenal.

Orfebrería: Los respiraderos siguen líneas rectas pero con crestería en la parte inferior representan en capillas las apariciones de la Virgen, fueron realizados en metal plateado por Jesús Domínguez Vázquez (1961), también realizó en el mismo año los varales y la miniatura de San Fernando. La peana (1966) y las jarras y jarritas (1968) son de los hijos de Juan Fernández. Los candelabros de cola son de Lorenzo Jiménez y Rueda (1963), los faroles de entrevarales de Antonio de los Santos (1986) y la candelería de Orfebrería Santos (1985). El llamador, de Juan Fernández Gómez (1963), representa a la paloma del Espíritu Santo sobre un tronco.

Vestidor: D. José Aguilar Hernández


















Nuestra Señora del Carmen

Imagen de candelero de autor anónimo que data del siglo XVIII. Perteneciente a la Hermandad Sacramental hasta la fusión de ésta con la Redención. Antiguamente procesionaba en el mes de su festividad, pero actualmente no lo hace.



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NAZARENOS

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  • El hábito nazareno en el paso de Cristo lo componen: túnica blanca de cola, antifaz de terciopelo con escudo, botonadura y cíngulo morados, calzado negro y guantes blancos.

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  • El hábito nazareno en el palio lo forman: túnica blanca de cola, antifaz de terciopelo con escudo, botonadura y cíngulo verdes, calzado negro y guantes blancos.





Bibliografía
-Web Oficial de la Hermandad
-Leyendas de Sevilla

Fotos:
-Hermandad
-Leyendas de Sevilla
-Cofradías Sevilla
-Antonio R. Arellano
-Benito Álvarez
-Rafaes

viernes, 30 de junio de 2017

Hermandades extinguidas de la Semana Santa de Sevilla

Más de una vez nos hemos preguntado cuando hemos paseado por las naves de un templo de la capital hispalense quién era aquella imagen que se encontraba olvidada en uno de los retablos y cuál era su historia. Han sido muchas las corporaciones surgidas hace siglos para cumplir el rito de realizar la Estación de Penitencia a la Santa Iglesia Catedral, y muchas de ellas por problemas económicos, políticos o internos llegaron a desaparecer. Muchos desconocen su valor artístico y la devoción que llegaron a tener; incluso muchas de estas tallas siguen recibiendo culto hoy día, sin que casi nadie conozca su verdadera historia.


Antigua y Siete Dolores

La cofradía de Nuestra Señora de la Antigua se funda en el año 1546, fruto del fervor hacia la imagen mural de igual advocación que preside una de las capillas catedralicias. Pero sería en el año 1597 cuando se erija como cofradía de penitencia al fusionarse con la de los Dolores de la Virgen. 

Más conocida como Cofradía de Ntro Padre Jesús Nazareno y Ntra Sra de la Antigua, Siete Dolores y Compasión, realizaba estación de penitencia la tarde del Jueves Santo, y daba culto a la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno (atribuido a Francisco de Ocampo - s.XVII) que reside actualmente en la Parroquia de San Nicolás, donde es titular de la Hermandad de la Candelaria bajo la advocación de la Salud. También daba culto a la imagen de Nuestra Señora de la Antigua y Siete Dolores (atribuida a Andrés de Ocampo - s.XVII) que se encuentra en la Real Parroquia de Santa María Magdalena.

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Virgen de la Antigua y Siete Dolores. Jesusario
Se trataba de una de las cofradías más prestigiosas y relevantes de nuestra ciudad, debido a estar compuesta por numerosos hermanos destacados e ilustres de la sociedad sevillana y española, así como de monarcas como Felipe II. La Virgen de la Antigua era el máximo exponente de devoción para los sevillanos de la época.

La cofradía entró en decadencia en el siglo XVIII, siendo su última estación de penitencia en 1766, hasta su definitiva extinción en el siglo XIX. Cabe destacar que la Virgen de la Antigua llegó a procesionar en el siglo XX a los pies del Cristo de las Misericordias de Santa Cruz. 

Hablamos de una cofradía de un enorme valor histórico, artístico y sobre todo devocional, que dejó un gran legado para su recuerdo como son sus titulares, su capilla, hoy propiedad de la Hermandad de Montserrat; y las bambalinas de su palio, que hoy luce la Virgen del Valle.





El Despedimiento

La cofradía del Despedimiento fue fruto de la fusión entre la Hermandad de las Virtudes, fundada en 1565 en el Convento de San Agustín que posteriormente pasaría a San Isidoro, y la Hermandad del Despedimiento, que ya residía en dicho templo.

Virgen de la Angustia (Los Estudiantes). Fotografía Cofradiera
Realizaba su estación de penitencia la tarde del Miércoles Santo con el misterio que representaba el Despedimiento de Jesús a su Santísima Madre antes de ir a padecer, formado por las imágenes del Señor, la Virgen, San Juan, San Pedro y Santiago, y las tres Marías. Tras este misterio procesionaba la imagen del crucificado de las Virtudes, una imagen de anatomía muy esquemática pero que adquirió una gran devoción. En el año 1815, se fusiona con la Hermandad del Dulce Nombre de María, advocación de cuya dolorosa (obra de Juan de Astorga), que también saldría en procesión.

Pero en 1818 los vendedores de pescado dejan de pagar el impuesto del pescado que obtenía la Hermandad por ser ese su gremio. La Hermandad deja de procesionar y se ve obligada a vender su patrimonio, culminando con la dispersión de la cofradía.

El misterio del Despedimiento se perdió, la imagen del crucificado de las Virtudes se encuentra hoy en la Parroquia del Buen Pastor del barrio de Padre Pío, y la imagen de la Virgen del Dulce Nombre fue adquirida por la Hermandad de los Estudiantes en 1942, siendo hoy su titular bajo la advocación de Angustia.





Santo Crucifijo de San Agustín

El Cristo de San Agustín fue una de las principales devociones de Sevilla durante más de 500 años. No hay certeza del origen de su devoción en la ciudad, pero se tiene constancia de su existencia en el año 1310, antes de la fundación de las primeras cofradías.

El Santo Crucifijo es una obra anónima de estilo gótico, con cabello natural y paño de pureza de tela. Esta imagen gozo de una amplia devoción en toda la ciudad hispalense debido a los numerosos milagros que ejecutó: libró a la ciudad de sequía, consecuencia de las guerras, epidemias; por lo que procesionaba numerosas veces tanto a la Catedral como a la Cruz del Campo. Destaca que cada 2 de Julio, desde 1649, el Ayuntamiento de Sevilla renueva su voto de Acción de Gracias por haber librado a la ciudad de la peste más atroz que padeció, que le costó la vida a un tercio de la población. También daba culto a una dolorosa, bajo la advocación de Gracia, obra de Blas Molner (s.XVIII).

Recibió culto en el Convento de San Agustín, junto al Humilladero de la Cruz del Campo, del que estuvo en constante exilio desde la invasión napoleónica en 1810, hasta la expulsión de los monjes a causa de la desamortización, por lo que las imágenes fueron llevadas definitivamente a la Parroquia de San Roque.
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Primitivo Crucifijo de San Agustín. Archivo de Hermandad
Procesionó de diversas formas: solo, con la Magdalena a sus pies, con la Virgen y San Juan. Lo hacía la tarde del Miércoles Santo, en 1826 acompañados de una centuria, y desde finales del XIX con la Virgen a sus pies. La corporación se encontraba en decadencia. La dolorosa pasó a ser titular de la recién erigida Hermandad de San Roque (1901), y se decidió salir cada diez años, siendo la última procesión en 1926.

El 18 de Julio de 1936, el Santo Crucifijo y la imagen de la Virgen de Gracia, así como el Nazareno de San Roque perecieron en el incendio provocado en la Parroquia de San Roque. La actual imagen es una réplica del primitivo Cristo de San Agustín, realizada por Agustín Sánchez Cid (1944). La actual dolorosa fue tallada por Sebastián Santos Rojas (1938) para sustituir a la perdida. Hoy, desde 1990, el Santo Crucifijo de San Agustín es titular de la Hermandad de San Roque, y sigue recibiendo culto junto a los demás titulares de la corporación, aunque no procesiona.





El Sagrado Lavatorio

La cofradía del Sagrado Lavatorio se funda en 1599 en la Parroquia de San Esteban en torno a la advocación de la Virgen del Pópulo, y posteriormente se traslada a Santa María la Blanca, donde adquiere al resto de sus titulares: el Cristo del Mandato y el Sagrado Lavatorio, éste último hoy desaparecido.

Realizaba estación de penitencia la tarde del Jueves Santo con el misterio que representaba el pasaje del lavatorio de Jesús a los apóstoles en la Última Cena, hoy desaparecido. Tras este, el Crucificado del Mandato y posteriormente la Virgen del Pópulo. Se unió a la Quinta Angustia en 1623, pero luego se separó. En 1662 sale por última vez, entrando en decadencia, sofocada por su fusión con la Sacramental del templo, lo que hizo que la cofradía olvidase su carácter penitencial. Esta corporación no está extinguida sino inactiva, ya que el culto sacramental no cesó hasta mediados del siglo XX.

El Crucificado del Mandato es obra de Diego García de Santa Ana, realizado en pasta de madera en 1599. La Virgen del Pópulo es anónima, atribuida a Pedro Nieto (s.XVII). La imagen de San Juan (obra anónima) se pensaba que era el antiguo Cristo del Lavatorio trasformado, pero documentos atestiguan que la corporación pagó 133 reales por "la cabeza, manos y vestiduras de San Juan". Las tres imágenes reciben culto hoy día en la capilla Sacramental de Santa María la Blanca.

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Titulares del Sagrado Lavatorio. Leyendas de Sevilla
Socorro y Buen Viaje

Se trata de la fusión de tres corporaciones: Tentación de Cristo, Socorro y Buen Viaje.

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Crucificado del Socorro. Leyendas de Sevilla
La cofradía trianera del Buen Viaje se funda en 1596 en la Real Parroquia de Santa Ana, a la que escasos años después se fusionaría la del Socorro. La fundación de esta corporación se debe al gremio de los mareantes. Las advocaciones de sus titulares se deben a las plegarias de estos hombres. Realizaba estación de penitencia en la tarde del Miércoles Santo con los pasos del Crucificado del Socorro y la Virgen del Buen Viaje bajo palio.

Por su parte, existía otra cofradía: la de la Tentación de Cristo en el Desierto y Nuestra Señora de los Peligros. A mediados del XVII se fusiona con la Hermandad del Socorro y Buen Viaje y es cuando se inicia el periodo de decadencia de la corporación provocando serios problemas internos. La cofradía se traslada al Palacio de San Telmo y allí se extingue a principios del siglo XVIII.

La imagen del Cristo del Socorro está atribuida a Andrés de Ocampo hacia 1620, mientras que la imagen de la Virgen del Buen Viaje es una talla anónima de principios del siglo XVII. Ambas imágenes se encuentran en la Real Parroquia de Santa Ana, mientras que de las imágenes de la corporación de la Tentación de Cristo no tenemos datos ni paradero alguno.




Ecce Homo

Esta Hermandad fue fundada en la segunda mitad del siglo XVI en el antiguo barrio de San Sebastián, que se encontraba en Triana, hoy día inexistente. Residía en la capilla del Hospital de los Santos Mártires, realizando estación de penitencia a la Parroquia de Santa Ana la tarde del Jueves Santo con dos pasos: el del Ecce Homo, y el de una Dolorosa con advocación del Camino.

Virgen del Camino. F.J. Bautista - Cofradías Sevilla
A finales del siglo XVIII la corporación se ve muy afectada por la crisis, provocando el cierre del Hospital y que estuviera en constantes traslados. Pasó por el Convento de los Remedios y por la Parroquia de Santa Ana. La Virgen del Camino, dolorosa del siglo XVIII, de rodillas y con las manos entrelazadas, conformó uno de los mayores focos de devoción de nuestra ciudad en aquella época.

Finalmente, la imagen de la Virgen del Camino acabó en la Parroquia de San Nicolás donde sigue hoy día, mientras que de la imagen del Señor del Ecce Homo se desconocen datos y paradero. Sin embargo una leyenda dice que esa imagen es el Señor de la Salud y Buen Viaje de San Esteban, que acabó en la Parroquia de San Ildefonso, y que allí pasó a formar parte de la Cofradía de los Mulatos, originaria de la actual Hermandad del Calvario, pasando finalmente a San Esteban. Aún así, no hay constancia de ello en ningún documento.





Sed de Cristo

Esta cofradía se funda en el siglo XVIII, pasando desde su estancia en Triana desde 1775 hasta 1804, trasladándose posteriormente en San Juan de la Palma. Dio culto como titulares a un Crucificado con la advocación de la Sed de Cristo y a una Dolorosa con la de Maravillas, llegando a sacar varios pasos.

Primitiva Virgen de las Maravillas. Archivo Hdad. de la Amargura
Más tarde se ejecutó la imagen letífica de la Virgen de las Maravillas, un grupo escultórico de talla completa formado por la Virgen, Jesús y San Juan Bautista, atribuida a Benito Hita del Castillo hacia 1738. Esta imagen adquirió una devoción popular increíble entre los sevillanos, que llegó a procesionar algunos años en el Corpus.

No llegamos a encontrar datos sobre la extinción de la cofradía. De la talla del Crucificado y de la Dolorosa, se desconocen su paradero. Sin embargo, conocemos el doloroso final de la devoción principal de esta corporación. La imagen letífica de la Virgen de las Maravillas fue perdida en el incendio de San Juan de la Palma de 1936, cayendo una devoción tan grande en el olvido.

A pesar de ello, su advocación fue recuperada por la Hermandad del Carmen Doloroso, quién ejecutó una nueva imagen en 2014, muy similar a la perdida, que hoy día es su titular y recibe culto en Omnium Sanctorum. Por su parte, la Semana Santa de Sevilla recuperó la advocación de la Sed gracias a la Hermandad del barrio de Nervión.





Buena Muerte
Primitivo Crucificado de la Buena Muerte. Archivo

La Hermandad de la Buena Muerte se funda por un grupo de jóvenes en el año 1881 en la Parroquia de Omnium Sanctorum, donde ya se encontraban las imágenes titulares. Sin embargo, estas procedían de la antigua Capilla de la Soledad, en la calle Linos, al arruinarse el edificio.

Hablamos de la imagen de un Crucificado medieval, realizado en el siglo XIV, de estilo gótico. que presenta de una anatomía muy esquematizada propia de la época. Presenta cierta similitud al antiguo Cristo de San Agustín de la Hermandad de San Roque.

Aquel ímpetu con el que comenzó la cofradía, se fue consumiendo hasta caer en el olvido. Se tenía prevista la salida procesional la tarde del Miércoles Santo. Sin embargo, nunca llegó a procesionar. Se le puede poner fin a su historia con la pérdida irreparable de sus imágenes en el incendio del 18 de julio de 1936 que destruyó el templo de Omnium Sanctorum.





Llegaron a existir otras Hermandades de las que no hemos podido recopilar muchos datos como son la Sagrada Entrada en Jerusalén de Triana, así como las de Pasión y Muerte y la corporación del Desconsuelo, también trianeras, entre otras. Se desconocen datos y paradero de sus imágenes, pero sí que de estas dos últimas, sus advocaciones se han recuperado gracias a la actual Hermandad de Pasión y Muerte. Son algunas de las Hermandades extinguidas que han formado parte de la historia de nuestra Semana Santa.


Pablo Rodríguez

Bibliografía
-José Bermejo. Glorias Religiosas de Sevilla. 1882
-Arte Sacro/Conocer Sevilla
-La Hornacina


viernes, 2 de junio de 2017

No rompamos este amor

El otro día recordé lo que vi hace unos meses y decidí contarlo. Me acuerdo de aquel jovencito (échale unos diez años) que se dirigía a la capilla mientras que yo paseaba por la calle Temprado. Me llamó la atención la brillantez de sus ojos. Transmitían preocupación, responsabilidad, alivio y fuerza; todo a la vez. Fascinado, decidí entrar en la capilla tras él. A la luz de un par de velas, encontré al chico arrodillado ante una imagen de la Virgen, que por lo que me dijeron más tarde tenía culto en México y Extremadura. Ésta era de una belleza espectacular. En fin, que una vez que el chico se levantó, dejó una rosa a sus pies. Cuando él se marchó yo me acerqué a ver la rosa, que tenía una nota atada. Ésta decía (con letra infantil): "Dale un beso al abuelo". En ese momento se me vino a la cabeza todo un mensaje de emoción y sentimiento.

Pero fue una sorpresa para mi que no fuera a ver algo así por primera vez. Hace poco me acerqué a un besapiés que había en San Ildefonso y me llamó la atención los besos acompañados de lágrimas. Intento entrar en la mente de cada una de esas personas y visualizar lo que se les pasa por la cabeza, qué recuerdan y qué sienten. Estas personas están llenas de amor y de agradecimiento.

También me estoy acordando ahora de aquellos momentos que me contó una amiga mía que vivió cuando era pequeña. Su madre, junto con otras mujeres, se encargaban de vestir a su Virgen. Ella, con tan poca edad, se sentaba en el banco y movía sus piernas que ni llegaban al suelo mientras veía a estas mujeres dando los últimos retoques al tocado de la imagen en el paso. Más de una vez vio como alguna lágrima caía por el rostro de su madre, algo que antes no comprendía. Ahora es ella la que siente lo mismo que su madre siguiendo la tradición que ésta le inculcó.

Hoy, volví a pasar por la calle Temprado y vi la capilla abierta. No estaba aquel chico al que me hubiera encantado conocer, pero sí pude hallar a los pies de aquella Virgen una nueva rosa con una nota. Esta vez decía: "Ahora mi abuela está allí para darle un beso, pero no los dejes nunca". Leer un mensaje tan diferente no me causó la misma impresión que la primera vez, creo que porque ya he visto tantas muestras de amor tan parecidas, tan cariñosas, tan emocionantes, que mi corazón lo único que hace es alegrarse cuando las vuelve a ver.

Ahora he cogido la costumbre de acercarme todas las mañanas a poner una velita a San Judas Tadeo, que dicen que es muy milagroso (¡Y tanto! porque a veces me cuesta entrar con tanta gente que acude a él) y no pierdo la esperanza de que se cumpla alguna causa que creía imposible. También, en tiempo de Cuaresma he visto a muchas personas acercarse a los templos. Se sientan, oran, hablan con Dios, y se marchan. Personas mayores y jóvenes realizan esta tradición que me parece maravillosa y moralizante. Mi amiga me habla de su gente y de su tan arraigada Fe. Le comenté todo lo que vi y ella me dijo que lo hacían por amor verdadero. Nada más. Intentan buscarle el lado positivo a la vida y agradecen este valioso regalo viviéndola día a día. Consideran que están constantemente aprendiendo de la vida, de sus pros y sus contras. Y por nada del mundo están frustrados, enfadados porque la vida les de la espalda. Buscan otra salida, una solución, la belleza colateral, conectar y seguir adelante.

Veo en ellos la fuerza que vi en los ojos del niño, y siento que son afortunados. Tienen una Fe que les mantiene vitales y eso es lo que me ha inspirado a escribir sobre ellos. Por nada del mundo rompamos este amor tan hermoso que da vida.


Pablo Rodríguez


viernes, 3 de febrero de 2017

Miércoles Santo 2016 - Hermandad de los Panaderos

Los Panaderos muestra también su barco a Sevilla entre marea de cofrades. Destaca en el Salvador, donde no cabe ni una aguja, pero el misterio mueve a las masas. La elegancia y soltura del palio de la Virgen de Regla enamora cada año más.




































































Fotos: Baltasar Núñez y FJ Bautista
Vídeo: FJ Bautista e Íñigo Diarte