Muchos aún no lo piensan, pero fue un auténtico éxito. La rosa de San Lorenzo regresó y mejor que nunca, recobró su policromía original y se ha eliminado toda suciedad. Carmen Bahíma junto con otros restauradores han devuelto a la Virgen que soñara Castillo. La dolorosa había estado tanto tiempo expuesta a la suciedad que nos dio la apariencia que no era, y ahora luce como Ella es.
Todo se ofreció en un besamanos extraordinario en el altar mayor, ante el altar de Quinario de la corporación. Así volvió la Virgen del Dulce Nombre.
Fotografías: Fco Javier Bautista y Rocío Barcia
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