El pasado Viernes de Dolores la Misión realizaba su estación de penitencia por el barrio de Heliópolis. Sobre las seis y media se ponía en la calle con su único misterio tan característico al que cada año acompañan más niños, que iba a sones de las Cigarreras. Fue otra de las cofradías que tuvo que acortar su recorrido por el riesgo de lluvia, recogiéndose con gran antelación.













Fotografías y vídeo: Baltasar Núñez
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