El apóstol Juan, el joven Juan, hijo de Zebedeo y Salomé, hermano de Santiago el Mayor, con quién desempeñaba el oficio de pescador. Se encontraban junto con Pedro y Andrés, (embarcando en la orilla) cuando conocieron a Jesús por primera vez.
Se le conoce como el discípulo amado. Jesús le tenía mucho aprecio.
Es así, que Jesús quiso que él estuviera presente junto a Pedro y Santiago en el Huerto de los Olivos. Fue él, el elegido de preparar junto con Pedro la última cena, el afortunado de sentarse a su lado en ella.
La Virgen y San Juan. Valdés de Leal. Museo de las Bellas Artes de Sevilla
Juan fue la valentía que muchos no tenemos. Él acompañó a María y estuvo presente en la acusación de Jesús ante Caifás, mientras que Pedro se quedaba fuera preocupado y luego arrepentido.
Fue el único discípulo que se mantuvo siempre junto a María, en el camino hacia el Gólgota, a los pies de la cruz...
El Evangelista fue nuestro presente, Jesús lo adoptó como hijo de María, cuando ponía a María, como Madre de todos. En ese momento, todos eramos Juan. Desde la acusación de Jesús hasta la muerte de María, Juan siempre se encontraba con ella, la acompañaba sufriendo la pasión de su maestro.
Por alguna cuestión, Jesús lo quiso así. Juan es hijo de María al igual que nosotros. Actualmente lo adoramos, dándole el testigo de patrón de la juventud.
Virgen de la Amargura y San Juan Evangelista
Redacción: Pablo Rodríguez
Fotografía vía: Hdad de la Amargura
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