sábado, 22 de agosto de 2015

El miedo a las restauraciones

En la actualidad existe un gran dilema en el mundo de las cofradías sobre el tema de las restauraciones, el miedo de los cofrades a estas, ¿por qué?

¿Pensamos en realidad qué una restauración cambia la devoción que tenemos hacia una imagen sagrada? ¿Existe un verdadero miedo a afrontar una restauración? Parece que sí. Los casos son el cambio rotundo de la imagen, la reacción de los hermanos, un resultado no esperado. 
Muchos pensamos en que la restauración de "una imagen es arreglarla para que se sostenga bien en el paso o no se le desprendan algunas piezas", Juan Manuel Miñarro, profesor, restaurador, imaginero e investigador responde a ello «Pesan unos miedos indefinidos, derivados de la presunción que algunas juntas de gobierno hacen a priori del resultado y de las opiniones que pueden derivarse de la intervención. Y esto no deja de ser un miedo absurdo, cuando lo más seguro es que la mayoría de estas opiniones, tanto las negativas como positivas, deberían considerarse irrelevantes y ante ellas deberíamos estar indiferentes, pues en la mayoría de los casos procederán de voces inexpertas, no cualificadas para evaluar un trabajo profesional elaborado por especialistas».

Concepción de la Trinidad restaurada por el IAPH


Por ello éste es el dilema: ¿Qué es más importante, la devoción hacia el aspecto de una imagen o su estado de conservación? 
Es una respuesta difícil para las juntas de gobierno, decidir en qué manos dejar su titular, temer la decisión y el impacto de los hermanos, y cómo no rezar y esperar a que el resultado sea del agrado de todos y que no cambie su aspecto.
Miñarro afirma: «realmente sencillo: una película superficial que por ser de material inestable ha entrado en progresivo y franco deterioro, alterando y enturbiando, cada vez con mayor evidencia, el bello color de la imagen». 
Debemos ser conscientes de qué son las imágenes las que cambian con el paso del tiempo, acostumbrándonos a ellas, y ahora tememos de que no vuelvan a ser las mismas. 

Cristo de las Tres Caídas, restaurado por última vez en 1989

Son ahora las juntas de gobierno las que piensan en la elección del restaurador por ellos mismos sin opinión de los hermanos. Tenemos derecho a saber en qué manos esta la imagen, y eso lo sabremos sin ninguna duda, para ello tenemos a nuestra junta de gobierno, pero no podemos pedir que nuestra imagen no cambie porqué está bien así oscurita, mi morenita o mi morenito. No, eso sí que no, preocupémonos por su estado en totalidad, queremos que se restaure ¿no?, una restauración se deja en mano de los expertos, ellos dirán lo que se realizará y nos aconsejarán, lo que no se puede pedir es que te la dejen morenita que esta así muy guapa, no, si estamos restaurando, vamos a fijar la policromía, vamos que el restaurador lo va a hacer a mal quizás, intenta reparar esos daños y eliminar todos los repintes y porquerías que han alterado a las imágenes, estamos en el siglo XXI, las restauraciones han cambiado, ya tu no puedes restaurar a una imagen pintándole donde le ha salido una grieta o pegándola con "superglue".

Vamos a remontarnos en diversos casos, Virgen de la Caridad del Baratillo, restaurada en 1998 por Juan Manuel Miñarro. Observen las siguientes fotos de antes y después.

Virgen antes de ser restaurada

Virgen después de ser restaurada

Ya la cosa no es que diferente está no me gusta ahora o que limpita está me gusta más ahora, no importa el agrado o el desagrado del color de su piel, lo que debe de agradarnos es que nuestra imagen vaya a ser restaurada porque lo necesita, y que vuelva espléndida para que esté con nosotros muchos años más, y que si les pasa algo ahí estarán sus médicos de cabecera. 

Pensemos ahora en otros casos como la Esperanza de Triana, restaurada por Luis Álvarez Duarte hace 25 años. Fue un impacto asombroso entre los hermanos y devotos, entre indirectas que gusta y no gusta la hermandad se replantea que hacer con el Cristo, restaurado también por Duarte, pero no se toca desde 1989, y su rostro tiene suciedad acumulada, pero mejor que diga su médico lo que le pasa y que lo restaure. La Virgen de la Piedad del Baratillo es otra imagen que temen que cambie.

Restauración acometida por Duarte hace 25 años

La Hermandad del Dulce Nombre se esta dedicando a la restauración de su patrimonio, principalmente de sus titulares, Jesús ante Anás, ya restaurado por Carmen Bahíma antes de Semana Santa, sufrió una polémica entre cofrades por las redes sociales, mejor no preguntar que os parece, mejor decir, así ha quedado la imagen restaurada. La corporación del Martes Santo teme que la restauración de la Virgen provoque una polémica, ya que también tiene un color de piel oscuro. Algunos dirán: para que le quiten su moreno que ni la toquen. ¡Pero es que esta imagen no se toca desde 1991 miarma!. Otra cosa que desconocemos es el trabajo que realizan los restauradores, de los que muchos desconocemos, últimamente se dedican a recuperar la policromía original, una obra magnífica por su parte. 

La Virgen del Dulce Nombre de la Hermandad del mismo nombre.

Aunque muchos alomejor sigan pensando igual, espero que esto les halla servido o al menos interesado. Respetemos el trabajo de los restauradores, y no temamos por si viene morena o no, mejor, preocupémonos por que vuelva sana, que es lo que de verdad importa. Han sido numerosos los cambios de policromía, ¿pero qué?, nuestra devoción no debe finalizar por ello, en casos como la Virgen de las Mercedes de Sta Genoveva, Esperanza de Triana, Caridad del Baratillo, Encarnación de San Benito, Jesús ante Anás del Dulce Nombre, entre muchas otras.

Si quieres leer más sobre esto visita Pasión en Sevilla en su entrada "Los ojos no engañan" 

http://sevilla.abc.es/pasionensevilla/actualidad/noticias/los-ojos-no-enganan-81579-1439660378.html


Redacción: Pablo Rodríguez
Info: Pasión en Sevilla
Fotos: Javier Cantos y Hermandades de las mismas

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