miércoles, 11 de mayo de 2016

Crónica del Viernes Santo 2016




VIERNES SANTO


El tiempo no hizo frente al Viernes. Un año más, lo clásico, el regusto de lo antaño hizo que reviviéramos momentos rancios sevillanos, y esos antiguos trianeros. Una mañana repartida. Esperanza en Triana y Esperanza en el Arco, Jesús Caído y Jesús Sentenciado. La tarde fue algo fría al igual que la madrugada, pero no evitó el público en nuestras calles sevillanas.

  • Salía el misterio de la Carretería. Elegancia ese palio de hojarasca recogido con un cordón dorado. El misterio estrenaba monte de piedras. En su puro barrio del Arenal, la Carretería enamora. Pero para eso el romanticismo de la Virgen del Mayor Dolor y su palio. Mirada alzada. Tres Necesidades. La cofradía sobria y recia enamoró un año más a Sevilla con su estilo.
  • San Buenaventura. La Soledad, parece cada año más del siglo XIX. Una mano baja con la corona de espinas y la otra en el pecho. Grande de León hace mucho en la Soledad. Muchos quedaron sorprendidos ante tal serenidad y grandiosidad en San Buenaventura. Una cofradía que cada día demuestra su grandeza.
  • Cruzaba el Puente y Reyes Católicos aclamaba de público. Parecía Madrugá. El Cachorro y su Madre del Patrocinio cruzaron la Cava para llegar a Sevilla. Grandioso el recorrido de regreso. El Cachorro llama a la oración cada vez que pasa por delante, y la Virgen del Patrocinio llama al saborear lo rancio y lo perfecto que cada año sale. El Cachorro a oscuras, de lo más bello, luz de las velas y gran andar. Se lo recomiendo.
  • La primera de Triana en cruzar el Puente. La Hermandad de la O siguió al Cachorro. Nazarenos morados y cirios rojos llenaban a Sevilla. Relucía el paso de Cristo, preciosamente dorado y con nuevas cartelas. Carmen de Salteras para la O. De diez otro año más para la cofradía. Sublime recorrido de vuelta y más impresionante, en el Arenal.
  • Corría el frío y caía la tarde. Corrían los nazarenos de San Isidoro y sus titulares les seguían. El silencio se hacía cuando pasaba el altísimo paso de Jesús de las Tres Caídas, y el dorado y majestuoso palio de la Virgen de Loreto. ¿Música? Su música es el rachear. Silencio, que viene San Isidoro, devoción, y... silencio.
  • Montserrat abrió el cuerpo de los cofrades. Éste año se las vio con el frío, pero no cesó la masificación de público que cada año es más grande. Uno de los mejores misterios de Sevilla, con una banda que para esta Hermandad se nota su mejoría. Y para terminar de describir, la elegancia de Montserrat no es normal. Soberanía y realeza en el palio y belleza en la Virgen que lleva. Majestuosa.
  • Hay muchos cierres el Viernes, pero uno de los más clásicos, la Mortaja. Jesús ha muerto y esta en el regazo de su Madre. Momentos tiernos, bellos y tristes. El clasicismo se ciñe, y la belleza de esta entrada, aún más. 

Redacción: Pablo Rodríguez
Fotografía: Fco Javier Bautista

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