El calendario de la ciudad está marcado en gran medida por el de la Iglesia. Ésta marca en gran medida los días festivos que vivimos en nuestro país y que determinan el calendario laboral . Pero Sevilla, la ciudad mariana, va un paso más. Celebra de forma más intensa aquellas festividades que la Iglesia Universal dedica a la Virgen María. Y valga como ejemplo el 15 de agosto o el 8 de diciembre. Ayer, 8 de septiembre se celebraba suNatividad, el nacimiento de la Madre de Jesús. Por ese motivo, multitud de hermandades se reunían en torno a sus titulares marianas para de una forma u otra celebrar este día.
El Santuario de los Gitanos era una de los lugares claves del día. La hermandad de la Madrugada celebraba el día de la Natividad con una Función en honor a la Virgen de las Angustias, tras la cual se celebrara una pequeña procesión con la imagen. En andas, y portada a hombros por sus hermanos, la mayoría hermanas, la dolorosa salió de su templo para rodear la plaza y volver a entrar por otra de las puertas del Santuario. La procesión, pese a su corta duración no por ello fue escasa de público: cientos de hermanos se reunieron en esta entrañable tarde de hermandad para acompañar a la Virgen. Una tarde que servía además de reencuentro tras las vacaciones de verano.
En San Julián la tarde tenía un matiz oficial: Policía Local de gala y maceros. La Corporación Municipal acudía al templo de la Hiniesta para celebrar esta fiesta mariana. El motivo no es otro que cumplir con el voto perpetuo de acción de gracias que el Ayuntamiento instituye en 1649. Desde entonces este día queda marcado en el calendario azul de la corporación del Domingo de Ramos. Y es que los sevillanos de la época agradecieron a la Hiniesta Gloriosa el fin de la epidemia de peste que asoló en la ciudad por aquellos años.
Además de la Corporación Municipal bajo mazas y escoltada por la Policía Municipal de gala, la Banda Sinfónica Municipal, dirigida por Francisco Javier Gutiérrez Juan puso la música a este acto. Antes que el ayuntamiento entrara en el templo, sonaron los himnos de Andalucía y España, tras los cuáles el hermano mayor de la Hiniesta, José Antonio Romero, entregaba simbólicamente una de las varas de la corporación al máximo representante en ese momento de la ciudad, Javier Landa, primer teniente de alcalde, ya que no se encontraba el primer edil, Juan Ignacio Zoido. Tras ello, los concejales entraban al templo que estaba a rebosar y tras depositar a las plantas de la imagen gótica un ramo de flores comenzaba la celebración de acción de gracias mientras sonaba el Gloria in Excelsis Deo de Vivaldi, interpretado por la coral de la hermandad.
Lejos de las masificaciones en los Gitanos o en San Julián, numerosas hermandades celebraban también la festividad del nacimiento de la Virgen. Las dolorosas eran entronizadas en los altares para celebrar este 8 de septiembre. Es el caso de la Virgen de la Victoria de las Cigarreras o el de la Virgen de Consolación de la Sed. Ambas imágenes dejaban sus altares habituales para presidir sus correspondientes templos. Sus hermanos, como no podía ser de otra forma respondían acudiendo a la llamada de sus titulares. Y es que la ciudad mariana tiene que hacer honor a este título.
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