Durante los meses de verano, la urna que cobija al Cristo Yacente de la hermandad del Santo Entierro en la iglesia conventual de San Gregorio ha sido intervenida. Es donde el Señor recibe culto durante el año.
Unos trabajos realizados por el pintor y restaurador, Carlos Peñuela, que devuelve al mejor estado a una pieza datada de 1826. Además, hay que añadirle la restauración de dos ángeles en madera del siglo XVII, ubicados en el templo.
La intervención ha consistido en la fijación del estado del polícromo, limpieza superficial y la consolidación del soporto lígneo. Asimismo, la pieza ha sido sometida a un tratamiento de xilófagos, limpieza, retirada de repintes, barnices oxidados y la reintegración en las lagunas de policromía desaparecida.
A partir de ahora va a contar con un nuevo anclaje, contiene un nuevo adecentamiento del asiento y contiene un nuevo sistema de iluminación para contar con una mejor conservación y exposición del Cristo Yacente del Santo Entierro.
Otros de los detalles es la colocación en la cruz situada en la parte superior de la urna, de los sudarios de la cruz del paso conocido popularmente como de la Canina.
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